El trabajo de mis sueños
Todos tenemos un sueño frustrado,
algún oficio o profesión que desde niños queríamos ser. Solo piensa en cuáles
son tus pasiones ahora o que solías hacer cuando eras pequeño que de verdad te
encantaba. Si ya lo tienes identificado, ¿trabajas en ello o por qué te
alejaste de tu sueño? Vivimos en una sociedad que trabaja para subsistir y lo
que menos le interesa es estar a gusto en el trabajo, pues se trabaja por
necesidad… Pero ¿Qué hubiese pasado si hubieras seguido a tu corazón?
En lo personal, pasé por varias
etapas. En ocasiones quería ser pintora, pero cuando ayudaba a mi mamá en la cocina
me daban ganas de ser chef, aunque toda la vida me ha encantado la música y pensé
en convertirme en cantante, incluso en algún momento pensé en ser fotógrafa para
National Geographic. Hasta que llegué a la supuesta carrera de mis sueños:
Medicina. Durante muchos años de mi adolescencia pensé en ser cirujana… A pesar
de esto, me di cuenta de que en realidad no quería ser doctora, quería ser lo
que veía en Grey’s Anatomy, quería ser actriz.
Así que deberás imaginar el
rotundo “no” que recibí como respuesta de mis padres. Sin embargo, después de
una ardua investigación, decidí estudiar comunicación, debido a que engloba lo
que más me gusta. Afortunadamente, llegué a la negociación con mis padres de
que debo terminar mi carrera para poder ser y hacer lo que quiera por el resto
de mi vida. Y estoy en eso, cuando ya sea toda una comunicóloga procederé a
convertirme en actriz. De todas maneras, no lo he dejado de lado, pues estudio
teatro como carrera técnica y tomo cualquier clase de curso necesario para mejorar.
Pero, siempre me pregunto ¿qué hubiese
pasado si hubiera presentado el examen de admisión para teatro? O ¿qué pasaría si
audiciono para entrar al CEA? Creo que de cierto modo siempre tengo miedo de
que sea demasiado tarde para empezar. O tal vez no sea lo suficientemente
buena. Volviendo al tema central, considero que esa es la razón por la cual
abandonamos nuestros sueños. Empezamos a crearnos ideas erróneas sobre nosotros
y nos autosaboteamos para rendirnos.
Ningún trabajo soñado es absurdo, tal vez te dijeron que a lo que pensabas dedicarte era imposible y que fueras realista, pero recuerda que eso les dijeron a los grandes revolucionarios. No olvides a tu niño interior y lucha por lo que ese pequeño tú anhelaba. Prepárate y sé el mejor cuando se requiera, porque sí, también depende de suerte, pero cuando el momento llegue y no estés listo habrás perdido tu oportunidad. No te quedes con la duda del que hubiese sido si… Acciona porque así llegaras hasta donde te lo propongas.
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