Perfeccionismo enfermizo

No sé por qué se tiene una extraña tendencia hacia lo perfecto… Pero, ¿qué es lo perfecto? Es un término demasiado subjetivo.  Mi definición de perfección es distinta a la tuya y eso está bien. El problema empieza cuando aspiramos a ser perfectos; pues, en realidad, aspiramos a la idealización creada por una supuesta sociedad utópica. El mundo real no es así. Blanco o negro, bueno o malo, sí o no, día o noche, frío o calor, ¿en dónde dejamos los matices? Nos olvidamos de se trata de una escala de grises

Sin embargo, dentro de la absurda hegemonía, existe algo que es lo mejor de lo mejor y a lo que todos debemos idolatrar y llegar a ser. No mal intérpretes lo que estoy diciendo, está bien tener admiración a ciertas personas, actitudes, acciones o comportamientos. De cierto modo, estos roles nos hacen caminar hacia la gloria y nos sirven de inspiración. Lo malo aquí es cuando creamos una obsesión por tratar de ser perfectos y aquí es donde entran los problemas intrapersonales, como las inseguridades o incluso, trastornos mentales.

Los imposibles estándares de belleza impuestos en su mayoría hacia las mujeres son completamente ilógicos. No puedes ser alta y usar tacones porque está mal tener mayor estatura que un hombre. Si eres delgada, estás anoréxica y necesitas comer… Pero, no comas de más porque a nadie le gustan las chicas gordas. Si tienes poco busto deberías opérate, pero si tienes mucho, tápate para no ser provocativa. También, las imposiciones masculinas son irracionales. No puedes llorar porque eso no es de machos, debes de ser un gran conquistador de mujeres, debes ser delgado, alto, musculoso o si no, nadie te querrá. Estos malditos clichés nos enferman.

La única verdad es que la perfección no existe. No hay un rol estelar ni un estereotipo ideal. Solo somos humanos y lo que nos hace serlo es equivocarnos, caer y levantarnos, ser diferentes e irreverentes. Cada aspecto que te identifica es hermoso y está bien. No hay nada de malo en ser quién eres, así que no intentes cambiar para encajar…  El mundo sería muy aburrido si todos fuéramos iguales.

Atrévete a la originalidad, a romper las normas y a ser simplemente tú, sin tapujos ni preocupaciones. Sé que es difícil derrumbar todo este dogma, para mí también lo es. Inicia rompiendo paradigmas, cambiando tu mentalidad y, poco a poco, tus acciones. Lo único que de verdad necesita esta sociedad es dejar de aspirar a la utopía para empezar a ser quien somos en realidad y olvidarnos del perfeccionismo enfermizo.

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